En 1919, se pone en marcha la nueva fábrica ‘Hijo de Jaime Pujol y Bausis’, con una ampliación de las naves y la construcción de dos hornos de botella de gran tamaño. El objetivo era iniciar una nueva línea de producción, incorporar los nuevos materiales que demandaban los clientes: el gres y la porcelana.

El paso del tiempo hizo que estas estructuras quedaran en desuso. Están realizadas con ladrillos refractarios unidos con mortero de cal, y protegidos por correas de hierro, que evitaban la dilatación del material cuando se ponían en marcha. Primero funcionaban con carbón y más tarde, es va incorpora el fuel como material de combustión. Llegaban a una temperatura de 1300-1400º.

En 1994 se derriban las naves, y los hornos de botella empiezan a vivir a la intemperie, sufriendo las inclemencias del tiempo. Presentaban graves problemas de conservación: degradación de los ladrillos, pérdida del mortero, aparición de sales, filtración de aguas por las juntas, oxidación del hierro etc.

En 2016, el grupo de investigación Patrimonio Consultores del Universidad de Barcelona, ​​elabora un informe del estado de conservación de los hornos y plantea una propuesta de intervención.

Por este motivo, este 2017, se decide plantear una primera actuación en la parte superior de los dos hornos, que ha terminado este pasado mes de mayo. Se han sustituido los ladrillos en mal estado, se han rellenados las juntas con mortero y se han saneado los elementos de hierro, antes de aplicar en toda la zona, un producto para impermeabilizar la superficie y evitar humedades y filtraciones.

Las partes inferiores de los hornos serán intervenidas en una segunda fase, prevista antes de finalizar el año.

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