Exposición de pequeño formato incluida en el proyecto 1939 El antes y el después, organizado por la Diputación de Barcelona. La muestra recupera la memoria de Can Tinturé, actualmente museo, durante la Guerra Civil, tanto el edificio como la colección que acoge.

La muestra estaba formada por dos micro-ámbitos: El edificio: el antes y el después y La colección. Salvador Miquel o el Salvador de azulejos, y un plano con el título Esplugues 1936-1939 en el que estaban registrados algunos de los lugares y edificios que también fueron protagonistas durante el conflicto.

El edificio: el antes y el después

 El estallido de la guerra y el inicio de la revolución durante julio de 1936 propiciaron el abandono de su única propietaria, Enriqueta Munné, viuda de Joan Tinturé Campreciós, hacia Barcelona y dejó en manos de sus masoveros la cuidado del edificio.

Durante el mes de marzo de 1937, el Ayuntamiento concede el edificio Can Tinturé a las Juventudes Libertarias, que lo convirtieron en su sede llevarán el conflicto. Un dato poco conocido es que, en fecha 14 de noviembre de 1938, la Generalitat notifica al alcalde el anuncio de la constitución de Amigos de Méjico con domicilio en Can Tinturé, una asociación relacionada con el exilio republicano hacia México .

La colección. Salvador Miquel o el Salvador de azulejos

Salvador Miquel Laporta (1900-1983), nació en la Barceloneta. La casa familiar era una sastrería, fundada en 1870 por su abuelo, Antoni Miquel Fàbregas. En un entorno familiar favorable, se incorpora a la vida cultural del barrio de manera muy activa y dinámica. Su interés por las baldosas de muestra vino de la mano de Josep Roig Raventós, que le advertiría de su valor poco reconocido. Estas baldosas estaban presentes en viviendas sencillas de la Barceloneta.

Con la Guerra Civil, la Barceloneta será insistentemente bombardeada por la aviación italiana. A su fin, tanto Salvador Miquel como su padre serán encarcelados en la reconvertida prisión del Cáñamo, antigua fábrica del Poblenou. En marzo de 1940, se reabre la sastrería y Salvador inicia, en paralelo, de manera sistemática y escrupulosa, la recuperación de azulejos seriados, convencido del peligro que desaparezcan en un barrio inmerso en escombros, reconstrucción y nueva construcción de edificios.